Ensayo de la "sociedad del cansancio", de byung chul han
¿Por qué no es posible hoy la revolución? Con esta frase comienza el título del texto a narrar de por qué no es posible la revolución. En su introducción Byung comienza debatiendo con un partidario de la revolución,
la resistencia y la mano cuasi armada en el instinto contra el empire y
toda la lucha completa que debiera existir a esta coyuntura social
donde una ideología
predomina por sobre todo (Neoliberalismo), y es que el sistema en su
nacimiento se dirigió en desmedro del campesino, del artesano y a todo
aquel que precedía al capitalismo moderno en la actualidad, en su origen
el capitalismo está pensado para ver surgir las fábricas y lo que
abarco la época Taylorista y Fordiana donde la industria cumplía un rol
totalmente distinto al que se precedía desde el medioevo hasta que se
inventó por decirlo el tiempo o el reloj, donde todo cobro un momento de
orden y férrea estructuración del modelo de desarrollo material y
espiritual, el reemplazo de la eficiencia del artesano multi rol se
reemplazó por lo tanto por la maquinaria. Con la llegada de la revolución
industrial, la época pre capitalista como el intervalo de transición
desde la época feudal hasta el nacimiento de la máquina de vapor, la
nación occidental vio como surgía un modo distinto de emprendimiento y
trabajo. La vida cambió radicalmente, ya por los años 30’ el rol del
capital financiero tendieron a dejar al hombre en un estado de
esclavitud por decirlo así, no precisamente encadenado sino sometido a
los vaivenes de la bolsa financiera, calles eran negocio para la gente,
el tiempo como se dice era oro y el trabajo tenía que tomarse casi como
una forma de romper esta inercia de la hambruna y así ver crecer los
sistemas de vida que dieron posibilidad al hombre trabajar para sí y
contradicción al estilo calmado del campo donde todavía la metrópolis no
acababa con la tranquilidad y el ritmo pausado del labriego.
Ya
desde el inicio del capitalismo y la industria, la historia convirtió al
hombre en un engranaje del capitalismo, hoy en día no era extraño
recordar que la política y la defensa de los derechos de los
trabajadores era más preponderante que las de hoy donde solo hay atisbos
de lo que hubo, ya adentrándose a la era Neoliberal, los hombre
comenzaron a vivir una real encrucijada de derechos suprimidos y
prohibidos en aquella estructura piramidal donde los capataces ya no
eran verdaderos matones de poca monta de la era pre capitalista, sino
empresarios que simplemente se ganaron el respeto de poseer riqueza
material y así dar trabajo en una contradicción que Marx hablaba y
citaba con real nitidez en su contradicción del capitalismo (trabajo y
capital). Ya en los ochenta la distinción de obrero y empresario
terminaron por consolidarse y donde el sometimiento esclavizador dejó
plasmado una realidad polarizada, el sistema era opresor y
compartimentado a la costumbre del trabajo obligado y deprimente. No
solo era la maquina la que trabajaba sino el mismo hombre era esa cosa
que mantenía viva los engranajes del poder empresarial. La tierra se
cultivaba pero no para abastecerse así mismos sino para exportarla y las
manos eran hechizadas por ese tiempo que no se detenía y donde el
trabajo no era más que para el capataz moderno.
Era la época
capitalista moderna, aquella que creó el reloj y el fordismo, pero
también las ideologías de mantenimiento positivista científico y
creativo, como también contra sistémico, los revolucionarios versus los
conservadores del statu quo, lo que querían cambios y mayores derechos
para los trabajadores como los que quería que esto siguiera en popa y
maximizándolo aún más, quizás hasta llegar a lo inhumano de someter sin
sonrisas de buena crianza, solo meros números de una fábrica donde el
boss solo miraría por su ventana sin hacer más que calcular cuando
ganaría a fin de mes.
Aquella época, la revolución
era propensa a ser de carácter contraceptivo, las ideologías eran
polares y no había tregua a la hora de ceder, el hombre o se sometía a
la sociedad compartimentada del capitalismo o se moría de hambre, era el
monopolio del capital financiero que apoderaba las estructuras y
riendas de lo que se debía hacer, ya no la decisión propia de elegir que
se pretendía realizar en el día a día. Por ello el sistema era
deficiente el algún sentido, ya que tenía en sí mismo contrapartes o
agentes externos que no querían mantener esta situación de casi
esclavizadora orden social. Con el tiempo esto fue amalgamando a los
mismos que una vez luchaban, ya la sociedad no compartía ideales sino
estilos de vida, era la globalidad y generalización de lo que antes era
una incipiente enclaustro de obreros sometidos y viviendo con duras
gotas de sudor y los otros que no quería seguir esto, la sociedad antes
luchaba por la libertad del yugo explotador capitalista y estaba
desprovista de los mecanismos ideados por el que sí los tenia, esto
también creo la sensación de que el sistema era prohibitivo ya que no
todo podían acceder a los que otros si llegaban a tener en su bienestar
social o status cultural.
El sometido no tenía más remedio que
aplacar la lucha por una “secesión de pagos” y el agotamiento afloraba
pero no del grado física o mental, sino de aceptación de lo que una vez
se impuso a sangre y fuego, por lo que la sustancia principal no era más
que acostumbramiento de lo que se debía hacer en la vida: trabajar y
ganarte tu propio salario, esa sensación de libertad que antes fue
prohibida fue cambiada por la sensación de que tu modelo de vida era
uniforme y personal, eras tu el que decidía que hacer con la vida pero
siempre dentro de esto que antes se negaba y luchaba, Byung lo embalsamó
por decirlo en el diminutivo del Prometeo cansado de su lucha
encarnizada. Al hombre común no le quedó otra más que aceptar el destino
y tomarse a sí mismo como el agente activo de esta obra pecaminosa en
sus árboles de inicio.
La historia así se convirtió ya no en una
lucha de sociedades polarizadas por ideologías, sino en la concepción de
un mundo mono polar donde tu único capataz y esclavo eres tú y tu
inocencia de concebir un mundo organizado, sino individualista. La
sensación quedo en que la esclavitud era un resabio triste de que tu
destino era la de conquistar tu rumbo, la propaganda por lo tanto ya no
era de trabaja o te mueres, sino de que comida querías tener en tu vida.
El individualismo actual por lo tanto deja a merced del desencanto y
pasión por la vida, todo dependiendo de lo que eres capaz de realizar.
Hoy
en día cuando alguien quiere conseguir trabajo, la lucha está en que no
te estropees en tu realización individual, no con quien pueda hacerlo
por ti, te permiten elegir pero siempre dentro de este esquema
pecaminoso de lucha entre todos, sin amistad más que para compartir un
ideal esquivo que no siempre se comparte. La publicidad te enseña la
materia de lo que eres capaz pero sin conseguirlo hasta que trabajes, un
ideal de felicidad individual donde la revolución
ya no parte dentro de la sociedad si no de ti mismo. El neo liberalismo
como escuadra tiene esa facilidad por apremiar más lo individual que lo
colectivo, la organización ya no cunde porque es peligroso para los que
quieran liderarla de manera esporádica e innecesaria, ya que la vida
debe continuar y el tiempo apremia por comida autosustentable. Todo
pareciera que la sociedad ya no descansa sino es por lo que se dice del
bienestar al conquistarse así mismo comprando dulces y casas que den
tranquilidad al hombre, se defiende hasta morir lo que una vez dio
muerte a los mismos que la negaron.
El atributo por el que conocemos
esta substancia, el que constituye su esencia y del que dependen todas
las demás es el pensamiento. El pensamiento de que ya todo está dado tal
como lo vimos nacer pero de una manera recíproca y totalizadora entre
el medio externo y lo que somos internamente, se te enseña, se te
comparte que la manera idónea de progresar es el sistema que tienes como
dado.
Por otra parte, el hombre así como lo vemos, se halla
sumergido en un estado de 'probación' del desencanto, del laburo que ya
no asidera en concreciones de bienestar, solo individual pero no
colectivamente, ya no basta tener una buena casa protegida con guardias
en un condómino donde tus hijos puedan jugar tranquilamente, es la vida
exterior donde predomina la verdadera realidad donde el hombre pierde el
contexto de su bienestar, se prueba que el modelo está mal enfocado
pero es impotente de cambiarse por algo mas idóneo para la multitud.
Esto
escapa por lo visto a la misma clase obrera y la elite y en general a
la completa sociedad de símiles humanos, la idea esbozada requiere por
lo tanto no cabezas pensantes sino la mecanisidad de la misma sociedad
que recrea simbolismo materiales y espirituales de la vida.
Los
emblemas de lucha ya no comparten compartimientos partidistas, sino que
engloban a la raza humana, los anticuerpos se alejan por lo tanto de la
otredad y obedecen a la pecaminosa "calidad neuronal" de procesamiento
de una vida en sociedad.
Tus pensamientos son el termómetro de que
algo no anda bien con el porvenir, y que el desencanto se generaliza sin
que nadie sepa en el otro de que esto no cunde hacia nada bueno, el
trabajo ya no alimenta esperanzas solo las alimenta en el día a día para
subsistir, Es el 'momentum' lo que testea por decirlo esta calidad de
sometimiento invisible a la que hemos llegado, por lo tanto la revolución
sí es posible, y decantara en una "implosión" de los aparatos de
mantenimiento de lo que está en pie o en una 'fatiga muscular' de la
olla que se calienta gradualmente, caerán las ideologías de realización y
emprendimiento neuro social tradicionales y no habrá espacio para
repetir la misma esquemática vivencia de pecado neuronal, solo el tiempo
lo dirá.
Fin.
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