Era una noche perdido en la razon del confesante, no tenian razon de ser, sus palabras eran como muros que se rompian al entrar en dialogo con otro. Dentro de si, él hablaba como descubriendo las confesiones que intentaba comprender sin necesidad de pensar mucho, era solo un piloto automatico de parafrasear y hablarse, coloquial, y metafisicamente. Todo al azar, nada era propio de la razon pulcra, porque no eran doctrinario, sino verborrea discursiva. Su unica túnica para encontrarse y taparse del desconocido, era entablando una comunicacion nueva consigo mismo, como queriendo redescubrir el horizonte perdido de la mente humana. La creatividad fue su espada de lucha para todo, no tenia razon de vivir, solo creía en la confesion y su testamento que queria dejar a los demas, asi como alucinando que podia darlo todo para redescubrir la piedra donde tenia escrita las mas hermosas ideas y cosas del pasado que fueron perdidos y fueron ensuciandose con el lenguaje del mundo fisico. Él decia